5/10/11


Me enseñaste a no fumar sin desayuno.
Me enseñaste a dividir, que la suma de uno y uno siempre es uno si se aprende a compartir.
Me enseñaste que los celos son traviesos, que es mitad falta de sesos y mitad inseguridad.
Me enseñaste a ser pareja en libertad.
Me enseñaste que el amor no es una reja, y que es mentira la verdad.
Me enseñaste que no es bueno el que te ayuda sino el que no te molesta.
Me enseñaste que abrazada a tu cintura todo parece una fiesta.
Me enseñaste muchas cosas de la cama, que es mejor cuando se ama y que es también para dormir.
Me enseñaste que una duda puede más que una razón.
Me enseñaste, entre otras cosas, a vivir.
Me enseñaste de todo (excepto a olvidarte), desde filosofía hasta como tocarte; a saber que el afrodisíaco más cumplidor no son los mariscos, sino el amor; a convertir una caricia en una obra de arte.

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